viernes, 11 de abril de 2008

Trenes


Que podrá salvarme del dolor de saber y no poder hacer nada. De no tener y no poder encontrar. De no alcanzar y no poder hacer más.

Quien si ya no estas me sacará del fondo del burdel de la melancolía, de la fonda del recuerdo gris, del callejón donde se juntan las almas a las que les hace mal el sol y salen a respirar, cuando a la alegría por fin se le ocurre retirarse.

Como voy a hacer si la tristeza es el aire, la nostalgia moneda corriente,

El vacío el mas común de los lugares.

Solo queda la lluvia y el frío. Siempre queda la lluvia y el frío. Alguien me ve mientras se va en el tren. Seguir despierto es una maldición. Espero que pueda salvarme algo más que el sueño. Es lo único que me salva desde que el corazón firmó su derrota. La culpa es mía. La culpa de mí.

Hombre de poca fe… el diablo ronda la perfección inútil, la estética por la estética, la locura de ser, la de tener. Oigo trompetas…hombre de poca fe…ya sucederá lo que deba suceder y parecerá que el mundo se calla la boca y atiende. Ya no distingo casi aquel tren, pero todavía percibo la ultima mirada. Llegó candente y se grabó en mi piel.

Llueve. Me gusta la lluvia. Me voy caminando con ella.

La lluvia, el frío, el vacío… el mas común de los lugares.

Hombre de poca fe…

Foto: Henry Cartier Bresson

4 comentarios:

paloma dijo...

creo que si sigues eligiendo
aquello que te resulta conocido aunque sea triste y gris,
nada podra salvarte...

Capitan de su calle dijo...

"No te preocupes paloma, hoy no estoy adentro mio... dos ilusiones se iran a volar... pero otras dos han venido."

paloma dijo...

ja! me habia olvidado de "esa" libertad.

Capitan de su calle dijo...

je...linda no?