miércoles, 29 de septiembre de 2010



Se amontonan las imágenes de tus ojos
En la vidriera de mi mente
Se viene el aire y se va
Como jugando con el frio, mezclándose en el viento
Yo estoy solo en casa y te miro pasar del baño a la cocina
Te miro deslizarte debajo del acolchado de la cama
Te canto canciones que se ocultan adentro mío
Mañana seremos fiesta y hoy funerales
Por las tardes gloria, por la mañana, abandonos
No hay manera de salir fácilmente de la montaña rusa
de tus tiempos, de mis obsesiones,
de nuestras mismas batallas de siempre.
Hay que ser tan valiente, tan inteligente
Tan determinado y amoroso
Como lo somos los dos, todos los días
Quiero brindar por tu pelo, por tu risa, por las sencilleces de lo cotidiano
Por las amenazas de la convivencia, las trincheras,
las almohadas, las canciones viejas que nos hacen bailar en el living.
No había amor en este baldío seco y hoy florecen los brotes que cuidaste,
que supiste arropar en tu pecho, en tus pupilas, en tu misterio
Chinita de ojos color té
Ves pasar por las calles del pueblo
Perros apurados que van a tomar el té con Alicia
Pescados naranjas y blancos que te saludan desde los carteles
Y yo, pobre incrédulo infeliz, hombre de poca fe,
Más príncipe gris que nunca antes
Te veo caminar
Princesa de marfil que salió impecable
Del más hediondo barro de la ausencia
Del más horrible lugar del desamparo
Y mostrando hasta la última cicatriz
Se instaló para siempre en mis pupilas
Se volvió hierba y enredaderas
Hiedras y Mandrágoras
Selva dentro suyo y dentro mío
Reverdecer de vida.
Y yo la veo caminar y ella me puede
Y me digo a mi mismo agradecido,
Titular por fin, dentro del campo de juego
Campeón de todas las justas
Feliz por los motivos mas sencillos y menos evidentes
Chinita de ojos color té
Dueña del andar de mis zapatos
De la tinta de mi pluma
Del decir de mis palabras
Ya no podrá haber motivos mayores que el amor
Ahora que el amor se ha vuelto traje

Se ha pegado a nuestra piel,

Y ya es nosotros.