Tormenta. Descarga bruta de la naturaleza. Destrucción de aquello que intenta resistir su fuerza. Despliegue y enormidad que es mucho mas que todo.
Dios se enoja y grita. Zeus se pierde entre rayos, Tor golpea su martillo. Eolo despliega sus mantos de fuerza sobre la superficie de la tierra. Neptuno estrella sus crestas sobre murallones que resistirán solo lo que Neptuno quiera. Y luego serán tapados, comidos por las olas.
Luego, la nada se muestra por un segundo. Hay un silencio total. Se detiene el tiempo, el viento, el espacio. Ahí, justo ahí, cae la primera gota. La que nadie ve, la que nadie siente. La primera de todas, parte desde el cielo, haciendo punta. Quebrando el velo que contiene el agua de los dioses y dejando caer todo. Y ahí si; el viento sopla y la tierra tiembla y el barro sale desde abajo. Las hojas vuelven a vivir otra vez llevadas por el viento y el aire se llena de gotas y nada puede esquivar la tempestad, la violenta manifestación de la naturaleza.
Luego, un pequeño ser humano mira hacia arriba. Ve la capota gris, agua que cae, truenos.
Abre su paraguas, esa hormiga, ese triste ser dentro del interior de lo mas recóndito y escondido del mundo. Allí en el fondo. Apenas un punto. Un casi nada.
Mira el cielo desde su pequeñez que cree importante y guarecido en su paraguas, en su pequeño y florido techito móvil, alcanza a mascullar:
“Que día de mierda”
En ese momento, los dioses enfadados, envían una centella candente que fulmina al individuo y termina la insolencia de sus palabras.
Todos se asustan al sentir el terrible estallido, el milimétrico homicidio meteorológico, pero nadie se sorprende que se haya hecho justicia ante tanta desfachatez. Como uno, desde su pequeño lugar, sin saber ni como ni por que, va a juzgar livianamente la calidad de un día solo porque llueve.
Bueno no…a decir verdad… no…un segundo.
Repasemos.
Hasta “Que día de mierda”, esta bien. Eso pasa.
Lo demás no. No pasa nunca.
Sucede que las tormentas no se pelean con el hombre común. No discuten con la insignificancia de los seres humanos.
Sucede que asi, la naturaleza se ocupa de cosas importantes y deja lo minúsculo, para los minúsculos.
Sucede que asi sucede.
Como las vacas no se pelean con el pasto.
Como uno no se pelea con el moho que sale en la junta de un azulejo. Por mas que desde adentro alguien esté gritando “Que hombre de mierda”. Uno no escucha.
Limpia.
Así, la naturaleza, sabia también en esto, no permite que haya grandes discusiones entre tamaños diferentes.
De modo que usted señor, que tiene su paraguas y reniega de la lluvia que le da utilidad. Usted que se queja más de lleno que de ofendido, usted que toma como personal que truene en el cielo, es bueno que sepa que del otro lado de la lluvia no lo oyen.
Patalee si quiere. Haga berrinches en la vía pública y desgarre sus vestiduras en pos de llamar la atención de los dioses indiferentes de la tormenta.
Nada va a pasar. Porque su reclamo es nimio y caprichoso. Porque caprichoso es el reniego sin fundamento, porque usted se vuelve reclamo y nada más.
Devánese en señales y mire todo el tiempo para arriba, si le gusta. No va a parar solo porque usted quiera.
Pero bueno, no se ponga mal. Si tiene afección al melodrama siempre puede pelearse una tarde de lluvia, con señoritos en paraguas que se quejan porque los tienen. Incluso puede pelearse con su paraguas y con su existencia y gritarle a los demás paragüeros que es un hombre infeliz y desdichado, porque llueve.
Pero por favor señor…por favor… por lo que más quiera.
No se pelee con la tormenta.
Porque para discutir con la tormenta, hay que arrancar tronando.
Porque para pelearse con la tempestad, hay que ser tempestad.
Sino ni se gaste.
Dios se enoja y grita. Zeus se pierde entre rayos, Tor golpea su martillo. Eolo despliega sus mantos de fuerza sobre la superficie de la tierra. Neptuno estrella sus crestas sobre murallones que resistirán solo lo que Neptuno quiera. Y luego serán tapados, comidos por las olas.
Luego, la nada se muestra por un segundo. Hay un silencio total. Se detiene el tiempo, el viento, el espacio. Ahí, justo ahí, cae la primera gota. La que nadie ve, la que nadie siente. La primera de todas, parte desde el cielo, haciendo punta. Quebrando el velo que contiene el agua de los dioses y dejando caer todo. Y ahí si; el viento sopla y la tierra tiembla y el barro sale desde abajo. Las hojas vuelven a vivir otra vez llevadas por el viento y el aire se llena de gotas y nada puede esquivar la tempestad, la violenta manifestación de la naturaleza.
Luego, un pequeño ser humano mira hacia arriba. Ve la capota gris, agua que cae, truenos.
Abre su paraguas, esa hormiga, ese triste ser dentro del interior de lo mas recóndito y escondido del mundo. Allí en el fondo. Apenas un punto. Un casi nada.
Mira el cielo desde su pequeñez que cree importante y guarecido en su paraguas, en su pequeño y florido techito móvil, alcanza a mascullar:
“Que día de mierda”
En ese momento, los dioses enfadados, envían una centella candente que fulmina al individuo y termina la insolencia de sus palabras.
Todos se asustan al sentir el terrible estallido, el milimétrico homicidio meteorológico, pero nadie se sorprende que se haya hecho justicia ante tanta desfachatez. Como uno, desde su pequeño lugar, sin saber ni como ni por que, va a juzgar livianamente la calidad de un día solo porque llueve.
Bueno no…a decir verdad… no…un segundo.
Repasemos.
Hasta “Que día de mierda”, esta bien. Eso pasa.
Lo demás no. No pasa nunca.
Sucede que las tormentas no se pelean con el hombre común. No discuten con la insignificancia de los seres humanos.
Sucede que asi, la naturaleza se ocupa de cosas importantes y deja lo minúsculo, para los minúsculos.
Sucede que asi sucede.
Como las vacas no se pelean con el pasto.
Como uno no se pelea con el moho que sale en la junta de un azulejo. Por mas que desde adentro alguien esté gritando “Que hombre de mierda”. Uno no escucha.
Limpia.
Así, la naturaleza, sabia también en esto, no permite que haya grandes discusiones entre tamaños diferentes.
De modo que usted señor, que tiene su paraguas y reniega de la lluvia que le da utilidad. Usted que se queja más de lleno que de ofendido, usted que toma como personal que truene en el cielo, es bueno que sepa que del otro lado de la lluvia no lo oyen.
Patalee si quiere. Haga berrinches en la vía pública y desgarre sus vestiduras en pos de llamar la atención de los dioses indiferentes de la tormenta.
Nada va a pasar. Porque su reclamo es nimio y caprichoso. Porque caprichoso es el reniego sin fundamento, porque usted se vuelve reclamo y nada más.
Devánese en señales y mire todo el tiempo para arriba, si le gusta. No va a parar solo porque usted quiera.
Pero bueno, no se ponga mal. Si tiene afección al melodrama siempre puede pelearse una tarde de lluvia, con señoritos en paraguas que se quejan porque los tienen. Incluso puede pelearse con su paraguas y con su existencia y gritarle a los demás paragüeros que es un hombre infeliz y desdichado, porque llueve.
Pero por favor señor…por favor… por lo que más quiera.
No se pelee con la tormenta.
Porque para discutir con la tormenta, hay que arrancar tronando.
Porque para pelearse con la tempestad, hay que ser tempestad.
Sino ni se gaste.
10 comentarios:
No se preocupe, jamás lo haría. Me encanta la lluvia.
Me fastidia sobremanera la señora mayor que con paraguas y todo, hace uso y abuso de los "techitos" que sobresalen a la calle. Que nos queda a los que no tenemos paraguas???? Otra: Abuelo, no sirve de nada que pliegue su Crónica y se lo ponga sobre su calva azotea, se mojará de todos modos!
Abrazo! Como verás, estoy empezando a retribuir el interés que depositaste en clavoquesobresale...
que miedo me dan las tormentas!!!! panico......muy buen texto como siempre...beso
me encanta cuando nadie entiende nada.
Vos hablás de ser tormenta y te salen con el pronóstico meteorológico
¡Con razón...., había que arrancar tronando, había que ser tempestad!... Y yo que trato de disuadir a la tormenta y convencerla ¡y ella no me oye!. Ah no!!!!. Cuidese señora lluvia que usted será pura naturaleza, pero yo cuando me decida no me voy a andar con unas gotas molestas. Voy a se tornado y ahí nos veremos...
Así es la cosa...lo que a uno le molesta, para el otro es una bendición.
Es lo lindo y lo feo de la naturaleza ( humana)
hey capi!
a veces somos tempestad adentro, o no?
al menos yo si!
abraxo!
Tenés toda la razón del mundo Pablis. Me molesta la gente reactiva que se queja de las cosas que no puede cambiar. O sea, pongamos énfasis en el círculo de influencia y basta de despotricar contra cualquier cosa!
Besos
actualizacion. actualizacion...
Yo me puedo dar esos lujos de no actualizar porque no tengo club de fans ni esas cosas, pero vos ya hace mucho que actualizas y la gente lo empieza a pedir a gritos por los pasillos!!
Besos Capitan!
Rubiaa: Bienvenida a la lluvia entonces. Por suerte, de eso hay para todos
neutro: El folclore de la lluvia es fantastico, aunque puede ser insoportable a veces, es cierto. Y es verdad. Señora, si tiene techo,no ocupe el de los otros. Y no saque los ojos de los peatones, por favor.
Gracias por venirte para el barrio!
Bienvenido
belen: Es cierto! Siempre te dieron panico las tormentas. Y a mi siempre me encantaron. Era genial la combinacion!
Y si se cortaba la luz,mucho mejor.
Maria: Bueno, a mi me gusta que cada uno entienda lo que quiera, por ahi eso es lo mas interesante no? a veces uno escribe algo y a los demas le pega por otra parte. Cada uno lo refleja con su espejo. eso es lo mejor de los comentarios. Ver los espejos de todos. Me gusta mucho que se entienda lo que cada uno entienda.
Stellita: Tranquila!!!! jajaja a ver si te volves tornado y se revuelve todo. Bueno...por ahi hace bien no? uno saca un poco de mugre de adentro. Y el stress se va eh? eso seguro. Asi que, mejor dicho, si viene el tornado que venga, mientras sea para mejor, bienvenido.
Mona: Lo mejor de todo, es verdad. Y que bueno que hay para elejir. En la variedad esta la diversion.
lexi: Siiiii. Tempestad de las dificiles de parar. No solo que a veces lo somos, sino que suelo desconfiar de los que nunca lo son.
Algo raro tienen no?
Desquiciada: Clarisimo. Es asi.Y una cosa mas. Me REVIENTA LA AUTOCOMPASION de la gente. Es increible como le gusta a algunos revolcarse en su desgracia.
Totalmente de acuerdo contigo.
Safira: Tranquilaaa!!! jajaja aca estoy1 actualizando, como cada semana.
La verdad que me gustaria renovar mas seguido pero me lleva un tiempo escribir y se me hace un poco dificil encontrar el momento.Por lo pronto, no va a faltar la actualizacion de todas las semanas. Como un piso digamos. Si hay mas, mejor.
Muchisimas gracias a todos por pasar. Un placer leerlos.
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