jueves, 10 de julio de 2008

Los jefes (parte II)


En el otro extremo, del otro lado de las opiniones están quienes creen que con los jefes nada pasará; que las directivas no llegarán nunca. Las oficinas se vaciaron sin directivas. La jefatura se largó sin directivas, ¿Por que volverían a decirle a un grupete de oficinistas que es lo que tienen que hacer? Por que si salieron de este laberinto de oficinas volverían a entrar?
Claro que hay jefes, seguro que los hay. Pero no están aquí. Y no les interesamos. De modo que este grupo vive menos preocupado por las obligaciones a cumplir para con la oficina, la culpa de la oficina, el castigo de la oficina y todo eso. Incluso algunos integrantes de ese grupo sostienen que en realidad, los jefes no existen. Nunca existieron. Son algo que creemos que está ahí pero nunca vimos y escuchamos. Creación entera de nuestra imaginación. Necesidad de plantearnos un orden construido por una directiva mayor.
Al principio solían ser entretenidas las charlas entre las partes, pero con el tiempo empezaron a ponerse monótonas y estériles. Un montón de gente peleando acaloradamente sobre si esto existe o no, si aquello no se ocupa de nosotros o si. Todo mientras clasifican abrochadoras o cuentan ganchos de papel o acomodan planillas. Unos gritando _”Existen!!!” y otros: _”No existieron nunca!!!”.
Ridículo. Luchar por afirmar que algo existe o por sostener que no.
Nadie discute por la existencia de las abrochadoras, o si dentro de la pared hay cableado de luz o si en la recepción existen helechos fucsia.
__”No existen los helechos fucsia ¡No existen!”
Bien, listo, ya lo sabemos
___”Existen las abrochadoras! ¡Existen!”
Muy bien, las estamos viendo. Basta.
Ninguna de las dos posturas te termina haciendo creer nada. Si hay tanto que reafirmar, alguna duda cabe.
Que cada uno crea lo que quiera. Todos se creen con la misión de iluminar de pensamientos las cabezas dormidas de los demás como si todo eso nos sacara del laberinto. Ninguno eligió quedar encerrado; pero ya que pasa, que cada uno lo lleve como pueda.
En el medio de todo esto están aquellos que recorren los interminables pasillos y despachos en busca de respuestas a algunas de sus preguntas. Se cuelgan de los techos y revisan las instalaciones, exploran los tubos de ventilación. Quieren saber que hay más allá de las oficinas. Discuten teorías sobre la alimentación de corriente del ascensor de carga, de donde viene la ventilación o por que tenemos luz artificial indistintamente en oficinas ocupadas o desocupadas a partir de la misma hora. Algunos de ellos dicen que los jefes siguen cerca. Sino como es posible que no nos hayan cortado el suministro de luz o que siga funcionando el ascensor de directorio. Los más dicen que no hay directorio. Que nosotros mismos hemos llegado a entender el mundo que nos rodea y por ejemplo, reparar un dispenser de agua sin ver que opinan los jefes de eso.
Hay minorías que afirman que no hay jefe, sino un sistema computarizado que controla cada cosa que se prende o apaga; otros creen que ni siquiera viene de este edificio la energía que alimenta todo, sino que nos alimentan de algún otro edificio lejano que no sabemos bien donde queda.
A fin de cuentas, todo lo mismo. Hay jefe, no hay jefe, está cerca, esta lejos. Todo lo mismo.
Años y años de laberintos de oficinas. Gente que nace y gente que muere, que ama, que llora, que permanece, que odia. Gente que vive toda su vida en un intrincadísimo laberinto de oficinas clasificando abrochadoras y gritando los jefes existen, los jefes no existen y abrochar, abrochar, planilla a, planilla b, planilla b, planilla a, agujerear, agujerear, agujerear y vendrán un día por nosotros y no vendrán nunca jamás y saben todo lo que hacemos y no sabemos nada de nada y el laberinto ¿Qué laberinto? Y el dispenser de agua y los escritorios y yo se todo, vos no sabes nada! No! Yo se todo vos no sabes nada! No. No sabes nada, no sabes nada, Nada!...Nada!...no sabemos… no sabemos nada.
Hay un solo viejo al que le creo. Un viejo tremendamente viejo, de esos viejos que parecen hechos de piedra. Duro, como curtido por un viento que no fuera el de este lugar. El dice que conoce una salida del laberinto, pero que el va a llegar antes que yo. Dice que cuando uno se da cuenta que está en un laberinto y no puede salir, se aterra. Pero que eso no es nada comparado con el horror que significa vislumbrar la salida. Me contó que hay gente que no la ve ni siquiera cuando ya la tiene enfrente y que no se puede salir caminando pero si se puede salir de pie. Por otra parte me dice que lo importante es caminar, no salir. Que la salida aparecerá igual, pero que me encuentre buscando. Yo no entiendo bien, pero le creo.

El dice que un día voy a entender.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

It enables us to express our feelings and opinions.

Anónimo dijo...

To the author of this blog,I appreciate your effort in this topic.

Zobeid@ dijo...

la sinceridad ante todo, confundí su cita con la de otro bloguer...ahora sí estoy en su casa, me quedo un rato leyendo por acá.
saludos

Zobeid@ dijo...

Aaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!, usted me quiere enloquecer a mi!. es la misma persona, jajaja, esto de los desdoblamientos y los blogs dobles me marea. muy gracioso, yo que estaba muy compungida porque había mentido, jajaja. bueno lo visito por doblete, saluti!.

Cherry dijo...

Nunca hay que dejar de caminar, siempre hay que seguir buscando el camino aunque a veces perdamos de vista el centro, disfrutar de las caminatas.


Un gusto leerlo Pablo^^

Anónimo dijo...

Hola capitan. La vida es una gran oficina con jefes que uno no sabe sin son reales o no, a pesar que a veces el jefe es uno mismo y no se puede reconocer. Y también esta ese laberinto que odiamos cuando lo descubrimos y quermos patearlo y entramos en pánico hasta que vemos la salida... y entonces respiramos hondo y agradecemos que estamos afuera...cuando es posible que estemos entrando a uno nuevo. muy bueno capi.

Capitan de su calle dijo...

Zobeid@: jasjajajaj! Vio? esto de los blogs es medio esquizoide! No se pierda! Somos los dos el mismo.

Grtacias por pasar y quedarte a visitar, y sobre todo gracias por la sinceridad, que en un lugar donde cada uno puede ser quien quiera, decir la verdad es algo que vale.

Bien ahi, saludos.

Cherry lips: Brindemos por los caminos que hay que seguir caminando cherry. Con centro o sin el, pero seguir.
Un gusto tenerla siempre por aqui.

Stella:
Stellita, que bueno eso de no saber si los jefes son "reales o no". Sin embargo ahi estan e influencian.
Res piremos hondo. Estemos adentro o afuera, respiremos hondo por estar, despues de todo.


Muchas gracias a todos por estar y seguir viniendo.

Mona Loca dijo...

Es que si los jefes no existen, pierde el sentido el trabajo mismo!!!
Y entonces????

Algunos se desorientarán y otros descubrirán que es hora de generar su propio laburo (abrirse el kioskito, como decian en el otro post) y bancarse la inestabilidad de no poder estar "en las manos" de nadie más que de uno mismo.

Esto último parece muy liberador, pero es en realidad, angustiante.

Capitan de su calle dijo...

Es cierto mona. Muy cierto. Los jefes existen siempre. Sino estan afuera estan adentro de uno mismo. Y eso son los mas exigentes de todos.
Puede ser angustisnte ser jefe y empleado de uno mismo.
Ser uno las dos cosas. El que exige y el exigido.
A veces se hace duro.