lunes, 12 de noviembre de 2007

Pedido


Que me salve la belleza por favor. Que llegue de donde no se vea y casi sin que me de cuenta y me salve del tedio. Que me saque de la melancolía y de las ganas de más tristeza que me ahogan de alquitrán y llanto. Que me salve, que me saque del fondo, que me recupere para el mundo, que me sorprenda como suele hacerlo, que me absuelva de las culpas que cargo solo por haber vivido, que me redima de los pecados de todos los deseos de la vida. De todos los que sirvieron para avanzar, para llegar a alguna parte donde me esperó otro camino. Que aparezca la belleza y me deje llorar encima suyo, que me quite el frío, que me alegre la tarde que cuente anécdotas y se suelte el pelo...

Que llegue la belleza en una esquina, en la baldosa despegada de la otra vereda, en el subterráneo, en la lluvia matinal o vespertina. En la patada que siento en el pecho, en medio de la fila del banco, en las rotiserias y en los mercados. Que me sienta pequeñísimo ante ella, que me sienta un títere de Dios, que me pare frente a la belleza y la vea grandisima mirándome. Que sea un movimiento de manos, un gesto, un lapsus, una actitud, una diatriba.
Una bufanda talvez, unos zapatos. Un aliento saliendo de un suspiro. Un vasito de vidrio con café, una puerta y su ventana de madera. Un vidrio mojado y la neblina. El sol entrando por las hendijas de una celosía. Un par de flores naciendo de una junta del asfalto. Una carcajada al fondo del callejón, una cortada, un pasaje, un camino con casas viejas donde no hay ruido. Un tipo en bicicleta que se ríe. Un cuello de tapado que le cubre a ella la cara en la parada del 10 o del 59.

Que me salve de todo lo que ahoga, lo que agota, lo que ahorca. Que me salve hasta de mi mismo. Hasta de lo que se dice bello todo el tiempo y no es más que cajas en un depósito, a comisión de venta.
Que llegue la belleza a salvarme hasta de la lindura, lo mediano, lo agradable, lo pulcro, lo destacado, lo que distingue, lo prestigioso, lo glamoroso, lo fino.

Llega por favor como un alud y arrasa con el mundo conocidoRebalsado de ti...por cada día...te espero aun por más...porque no me olvido nada. Porque no hay nada más bello que vos. En todas partes.

1 comentario:

María dijo...

Yo fui salvada.
Me agarró del cuello, se chocó conmigo. Me hizo abrir los ojos y la naríz.
Me tomó de la mano, me cruzó la calle volando.
Hoy es uno de esos días en que estoy ahogada en belleza.
Está ahí, la huelo.
Viene a salvarnos de nuevo