jueves, 7 de enero de 2010

Yo soy del 9





Cuando alguien me pregunta de donde soy siempre digo “De 9 de julio, provincia de buenos aires, pero hace unos años que vivo en capital”
“Unos años” suena a tres o cuatro, pero en realidad llegué a buenos aires a los 18.
Y tengo 30.
Cuando mi interlocutor se entera de este detalle cronológico, es muy probable que replique: “Bueno... ya no sos mucho de 9 de julio...” y en cierto modo tiene razón.
Soy de capital, claro, también lo soy. Tengo mis mañas adquiridas de la ciudad grande, la necesidad de espacios que en el interior no existen, la forma de ver las cosas que te otorga un lugar mas cosmopolita y fresco por momentos y mas rancio y oscuro en muchas ocasiones.
Sin embargo, sin dudarlo, cuando me preguntan de donde soy yo digo “Soy del 9”. Porque así lo siento. Ahí es donde me crié, mi barrio es el “Barrio Fuerte”, ahí está mi familia, los amigos que quedaron allá, la siesta, la vuelta al perro, el mismo boliche de siempre, las caras de domingo a la tarde por el centro, el parque, los asados en las quintas y hasta el chusmerio de una cuadra o la indignación por las cosas que no funcionan como deberían.
Ahí empecé a ver el mundo. Mi idea de lo que es la vida la formé ahí primero que en cualquier parte. Las caras que me esperan cuando voy son las primeras que vi en mi vida y hasta que llegué a buenos aires mi universo giraba alrededor de esa ciudad que se ve enorme y pequeña a la vez.
Los nuevejulienses que estamos en capital, solemos referirnos a 9 de julio como “el pueblo”. A veces pienso: 9 de julio es una ciudad grande ya... debe tener .. no se... 60.000 habitantes. Y otras veces pienso: Con 60.000 personas, no llenas la cancha de River... osea que tan grande no es... Por ahí si es cierto que creció y todo es distinto a como en otros tiempos, pero uno siempre quiere verlo chiquito, como era cuando uno también lo era.
En ese universo de 50 o 60 mil personas me crié. Un universo acotado pero a la vez inmenso.
Un tal Jorge Luis Borges decía que uno es de donde ha pasado su infancia y su primera juventud. Murió en Suiza, pero cuando le preguntaban de donde era, decía “De Palermo”. Yo creo que este señor Borges tenía mucha razón. Uno viene de ahí, ahí empezó a jugar las primeras barajas. Uno viene de ahí porque en ese lugar empezó a caminar, sea cual fuere el camino que uno lleva ahora.
Se es de donde arranco todo para uno. Después se podrá ser de mil lugares, pero ahí todo comenzó y eso es imposible de borrar.
Por eso cuando alguien pregunta ¿De donde sos? me pasan 60.000 cosas por la cabeza, que podrían ser 60.000 almas en medio de la Pampa húmeda en un lugar que tiene autodromo y parque con laguna y que probablemente para mucha gente no signifique nada pero para mi es Paris en el amor, Roma en el triunfo, Bagdad en la guerra.
Cuando alguien pregunta ¿De donde sos? Yo se muy bien que contestarle. Porque se muy bien de donde soy.


Yo soy del 9.


Foto: Capitan de su calle

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno,yo soy de Mar del Plata,y para mi toda ella es mia,porque en toda ella tengo los mejores recuerdos,amo mi barrio y vivo en èl aun,pero soy una mujer de agua salada ja...Nunca se debe olvidar el orìgen,es el sello de fàbrica...Besos "Mujer rebelde"...(Gracias por aparecer en mi rincòn,asi pude conocer el tuyo )

EvaBSanZ dijo...

Enhorabuena, me ha gustado mucho el relato. Por un momento pensé que tendría que ponerme hacer matemáticas con tantos números. En fin lo dicho.... Muy bonito. Con tu permiso me quedaré en tu Blog. Gracias

Belén dijo...

Sabés que me hiciste acordar, el papá de un amigo vivió de chico en Temperley, y nunca se aprendió las calles. Es un dato medio tierno, y también fue medio tierno el apego tuyo por 9 de Julio. Yo no me podría ir de mi barrio nada.

Safira dijo...

Ese talento para llegar al corazoncito de cada persona con algunos puñados de palabras, es hermoso...
Me hiciste acordar de cuando conoci el mundo nuevejuliense, (hermoso por cierto, como para todo porteño que se encuentra con un poco de pasto y gente que duerme siesta), y me hiciste agarrar unas ganas enormes de ir a Floresta, agarrar la bici y empezar a tocar timbres de esa gente que ya no te recuerda así.

Besos, te quiero, te extraño, y sabes que......
yo soy del Ombligo!!! jajajajaa

María dijo...

yo también. Y cada vez más

fea dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
fea dijo...

Se es, de donde se recuerdan los olores, los sabores, los juegos y las risas.


... no de donde dice la dirección del DNI.

FAYNA dijo...

Es bueno tener claro cuáles son nuestros orígenes, saber exactamente de dónde venimos aunque no sepamos hacia dónde vamos. Dicen que los primeros 8 años de vida forjan la personalidad, años que pasan muy pronto pero que permanecen intactos dentro de nosotros toda la vida.
Este post ha sido como un regalo, me ha llegado hondo, me ha encantado. Ah, estoy completamente de acuerdo con Borges,jaja.
Saludos desde las Islas Canarias.

Duna dijo...

Esto es estar bien ubicado,¡si señor!

Un beso

Daniel Os dijo...

Hay tanta sabiduría como sabios… comparto con Borges y no consigo ser de ningún lugar distinto al que me mostró el mundo. Comparto también con Serrat cuando dice que es de donde sus hijos comen, pero porqué no dejar de penar entre las patrias abstractas y admitir que el terreno donde uno hizo su nido huele a uno, a lo que cría, a su idioma, su idiosincrasia, sus detractores y su sustento… ¿qué otra cosa es la patria sino lo que el alma errante lleva en su mochila?
D.

Sil dijo...

Me encanta, yo trabajo en capital..y cuando me preguntan de donde soy digo Berazategui...sur del conurbano, la gente cree que es lejos y preguntan porque no me mudo que acá tendria todo cerca..cerca que? En mi lugar tengo todo cerca, lo importante no?

Sil

Stella dijo...

Hola Capi. Me encantó volver y encntrar un pedacito de 9 de julio en este blog. Nunca se deja de pertenecer al lugar donde uno creció.
Allí quedaron los primeros pasos, la bici, los tropezones, el guardapolvo blanco, la escapada de la siesta, la pile y las fogatas en el campito de la esquina (cuasi incendio, por cierto) y la vecindad. Allí quedó el ADN y el diminutivo para los vecinos. Y seguro quedó también algún guardian que no deja que por esos lares se olviden de vos.
Cuando salgas de capital y agarres la ruta 65 hacé silencio vas a escuchar que el viento te viene anunciando.
Un abrazo.

Johanna Otero dijo...

A mi tambien me gusto tu blog.