jueves, 16 de octubre de 2008

Reloj


Tengo un reloj de pulsera al que se le salio el 4.
Esta dando vueltas en medio de todos los demás números.
A veces me traba las agujas. Es un cuatro díscolo que se salio de su lugar.
Cuando se pone revolucionario detiene el tiempo.
Tengo un cuatro que no quiere conformarse con lo que le tocó. Quiere otra cosa y se mezcla, molesta, distorsiona. Se entrecruza con las agujas y hace que el statu quo se despedace entre los minutos.
Es un cuatro al que no le gustan como corren las cosas. Se sale de sus carriles. Del “deber ser” de un cuatro. Es un número que ahora es todos. Un número que se instala sobre el once o sobre el seis porque se le da la gana.
Uno podría elucubrar que el cuatro se ha rebelado contra los demás números, pero no es asi. Es necesario contar todas las partes de esto.
Hace un tiempo atrás hubo una gran rebelión de números adentro de ese reloj. Los números empezaron a saltar de sus lugares de manera repentina y misteriosa. No solo el cuatro. Los otros también. Apenas quedó algún bastión de inmovilidad sobre el diez, un enclenque once, el ocho, si mal no recuerdo y también la mitad del doce. La parte del uno.
Mi abuelo, un hombre de decisiones firmes, no dudó, ni bien encontró ese reloj, en apaciguar ese desplante de minúsculos que trababa las horas donde mejor se les cantara.
Entonces, el relojero de mi pueblo, un experto en esto de apaciguar rebeliones temporales, puso manos a la obra en la reconstrucción del orden público, detrás de ese cristalito. El relojero los números los discutió mas tarde con mi abuelo en la boleta, pero en cuanto al reloj, no tuvo duda donde tenia que estar cada uno. Así volvió mi abuelo un día a casa con las aguas más calmas y cada número en su lugar.
“Ahora no se van a salir mas”, me dijo, que le habían dicho que dijo el relojero.
Así estuvieron las cosas por un tiempo hasta que el asunto quedó sepultado por alguna otra novedad que nada tuviera que ver con eso.
Nadie más, ni yo mismo siquiera, se volvió a ocupar de esos números y las agujas que los marcan.
Hasta que un buen día volví a mirar el reloj como lo miré un montón de veces, una tarde cualquiera en cualquier lugar. Una tarde bien entrada, con el sol ya amagando a bajar. Una tarde que podría haber sido esa o cualquier otra, pero fue esa. Lo miré más por costumbre que por interés.
Y marcaba las 12:53
Y ahí si le presté atención. Marcaba la hora que se suponia que no debia marcar.
En primer lugar eché culpas a cada parte. Los engranajes, la pila, las agujas, el desperfecto mecánico, cualquiera sea, que pueda sufrir un reloj. Y después lo vi, suelto. Muy orondo el, cruzado entre el minutero y el segundero. Desafiando la autoridad ante la impávida mirada de un peatón que se siente en derecho de acomodar los números y dejarlos quietos, porque le han contado que así fue siempre y así debe ser.
Sospecho que el cuatro no conspira solo. Sospecho que las agujas y los otros números son parte de lo mismo. Sospecho que el cuatro solo es el que se animó. Y que los otros lo siguen en silencio, le ayudan a armar el acto que él ejecuta, lo ayudan a trepar al cenit o al ocaso. A veces para que se note que algo se mueve, es menester que lo demás sea parámetro de quietud.
El cuatro talvez muestre que el tiempo se detiene cuando se hace fuerza y uno se cruza en el medio. Cuando se anima el cuatro a salir de su rincón y pasear. Cuando se sabe cuatro y se ve como tal, pero se para sobre el doce y sin que nada lo detenga. Porque puede.
A los golpes acomodo el reloj. Tratando de desencajar el cuatro de entre las agujas. O en su defecto debo parar toda la maquinaria para volver a ponerla en hora. Es un trabajo engorroso. Pasa seguido. Varias veces al día. Molesta.
El caso es que yo no notaba a ningún número de mi reloj. Y ahora hablo del cuatro. Lo noté. El caso es que lo saqué mil veces de lugares indebidos y siempre volvió. Más que terco.
¿Quien me manda a mí a dejar pasar eso todavía?
Se sabe que es cosa de minutos arreglar ese problema de segundos que dejan de correr. Fácilmente se vuelve al cuatro a su lugar y se lo deja quieto.
Hace un par de días noto que mas allá de la intromisión inoportuna de mi cuatro díscolo, les está costando a las agujas subir más allá de las diez menos cuarto. Como si se hubieran unido a una rebelión que me sorprende con nuevos adeptos cada día.

Parece que no hay mucho tiempo futuro que tenga ganas de marcar mi reloj. Le gusta mas bien el rpesente.
Viene siendo momento de ver que quiere decir un reloj que no corre hacia el después, sino que se detiene en el ahora.
Un reloj que anuncia algo. Algo hoy. Algo ahora mismo.


Todos me dicen: ¿Por que no arreglas ese reloj?

Yo digo: Por el momento, a mi me gusta mas así.
Foto: Capitan de su calle

12 comentarios:

Carmen Moraima dijo...

Yo tenía uno en que las díscolas, como dice usted, eran las agujas; las horas y los minutos recorrían la esfera juntas no había nada que las separase. Para mí que habían unido sus vidas para siempre en un matrimonio de hecho que ninguna ley entendería. Terminé como dicen sus amigos dándoles la separación ordenada por las pinzas siniestras de un relojero de Once pero cuando me lo llevé a casa ya no era el mismo reloj algo se había roto. Esa relación entre ellas ya no era la misma, así que de mi sano consejo usted no debería intervenir en esta rebelíón cuatril pues su reloj ya no sería el mismo y hasta extrañaría ese cuatro fuera de su lugar, mi capitán!!!

Anónimo dijo...

Ja! te imagino sacudiendo el reloj para que quede el 4 bien para la foto, que ternura.
Si, hoy todavía no terminó, algo hermoso te puede pasar, a la hora que sea. Estate atento por las dudas.

"reloj no marques las horas....porque voy a enloquecer, ella se irá para siempre, cuando amanezca otra vez..."

besos!

María dijo...

Capitán, usté bien sabe que el tiempo es una convención arbitraria.
Las cosas importantes no requieren de tiempo. Ni de espacio.
Su reloj se lo está gritando.
Y recuerdo que alguna vez dijo que jugando al futbol usté era el peor cuatro del mundo.
Su reloj le está diciendo que la calidad del número no es lo importante.
Quizás la unión del peor cuatro y del cuatro más rebelde está dando ecuación más que fascinante, no cree?

Cherry dijo...

ES un gran poder detener el tiempo, dejar que todo deje de fluir y se quede en ese instante preciso. A veces perfecto y armonioso, otras veces imperfecto pero también hermoso.


Me encantó el texto!

Rapote dijo...

No es casual que sea el "cuatro" el número que se rebele y no otro.

Y es que viene hasta mal barajado de concepción el número de marras.

Fíjese que muchas veces se escribe y dibuja tal cual un "4" y otras como una "H" sin el "palito" inferior izquierdo.

Y en muchos relojes que optaron por la numeración al estilo romano se lo expone lógicamente como "IV" pero otras veces como "IIII", tal como lo podemos ver en la Torre de los Ingleses por ejemplo.

Digamos que si hay un número de los doce que tiene el ADN (?) como para generar una rebelión, ése es el cuatro.

;) Rapote

Alin dijo...

Cuando lei este texto me dio una sensación que iba mas alla de la Ruptura del reloj, es decir de lo concreto, de que ya no marca las horas exactas. Pensé en tu muñeca, en tu brazo, en como se mueven. El reloj esta ahi, atado y las rebeliones del 4 las marcas vos y la desicion de que te gusta así es bien tuya. Entonces el protagonista sos vos, el que esta anunciando algo, algo hoy, algo ahora mismo.
una sensacion no mas...
beso!

Alin dijo...

Tambien me acorde de esto y lo comparto...

"Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.

¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa."

Cortazar, Historias de cronopios y de famas.

Anónimo dijo...

Parece que ese cuatro tiene una firme desición y no será la de su abuelo ni la del relojero del pueblo la que se la cambie.
Parece que ni las ordenes ni los golpes lo convenceran de que ese no es su lugar.
Parece que no hay culpa alguna en él y si quiere salir a pasear solo lo hace y no le pide permiso a nadie.
Parece que ese cuatro lleva años de análisis con Alvarez.
Parece que como dice el refrán "no hay perro que no se parezca al dueño"
Resignese capitan usted será el dueño del reloj... de todo... menos del cuatro.
Beso.

bech dijo...

Es mi número preferido así que me gusta que sea ése el díscolo.
Hace un tiempo tenía uno con las agujas curvas.Lo agoté y uno de los que uso ahora es todo tranparente, como la dueña.
:)
Salute

Randy dijo...

De onda tu 4 de izquierda!!

ilegalmente rubia dijo...

uy desde el principio había pensado un chiste para comentarte con el 4.. pero tu relato es tan profundo, o así lo sentí yo.. que no puedo.. y menos con ese final..

me encantó.. yo quiero un reloj que me haga pensar en el presente y no todos esos que calman mi ansiedad al ir pasando el tiempo como espero que pase..

besos

Capitan de su calle dijo...

Rositas: Tomo su consejo, por el momento, el cuatro seguira dando vueltas por el cuadrante; marcando las horas que quiera marcar.
Tal vez sus agujas fueron separadas como fueron acomodados mis numeros, pero aplacar una rebelion no es matarla, solo ponerle orden. Por mas que no estuvieran juntas, las horas y los minutos, no dejaban de pasar unidos.

rubiaa: jajaja es verdad1 tuve que acomodarlo para que quede. Rebelde el cuatro...no se queria acomodar nunca.
Hoy sigue en pie, pueden pasar muchas cosas aun. Es cierto. menos mal no?

maria: mmm...que interesante. No me habia puesto a pensar en eso. es cierto que es el cuatro el que se rebela. Es cierto tambien ( mal que me pese) que soy el cuatro mas espantoso del futbol nacional.
me gustó eso del tiempo y el espacio. Explayese la proxima, me gustaria saber mas.
Por ahi los dos cuatro juntos damos algo bueno no?
gracias por la reflexion y el recuerdo.

Cherry: Es un gran poder detener el tiempo, es cierto. me gustaria poder hacerlo como mi reloj. Por ahi a veces el tiempo se detiene en los hechos no? Es decir, pasa igual todos los dias y de repente pasa distinto, porque algo pasa.
Eso se siente a veces como si el tiempo se detuviera. Yes barbaro que sea asi.

Rapote:jajaja, buenisimo!!!
La dedicacion que le puso a este comentario no me deja mas opcion que considerarlo como la palabra tecnica especializada en este espacio de comentarios.
Por lo tanto doctor, si usted dice que el 4 tiene el ADN para ser el que rompa el molde, no puedo mas que remitirme a las pruebas que presenta y aceptar.
Brillante. recomiendo a los demas que lean las razones tecnicas de Rapote. Muy buenas!

alin: Si, verdad? Deben ser mias esas cosas del 4. Pero cuando uno no tiene toda las ganas y la fuerza para decir "Acá estoy yo", por ahi es bueno detenerse en licencias poeticas que cuente, mas que una desicion, talvez una expresion de deseo. Y por que no una especie de profecia. Algo que mi inconciente ya elabora y mi razón todavia no conoce.
Muchas gracias por tu analisis y por traer tanta belleza literaria. No soy digno de esa maestria, pero es muy bello leerla.

Stellita: Me tendré que resignar a lo que pasa casi por logica, al cuatro que se mueve y suena a presagio, al analisis de las movidas que se vuelve impulso a veces. Sin culpas y yendo para adelante. Y si, uno puede ser un capitan muy mentado.Pero siempre es bueno que haya un cuatro que se sale de cuadrante.

apa: Salud por el cuatro preferido! Que transparente debe ser ese reloj que imita las palabras de la dueña.

randy: jajaja! Alguno tenia que decir basta no? revolucionario, loco el 4.

ilegalmente rubia: Se de un tipo que no usa reloj. Solo la alarma del celular. Para ir a trabajar y para ir a la facultad. Despues no usa reloj. Come cuando tiene hambre y duerme cuando tiene sueño. hace todo lo demas en la vida pero sin la hora. Por ahi es saludable no? El presente y listo. Suena complicado pero será cosa de probar.

Y por supuesto, estas invitada a hacer toooodos los chistes que quieras acá! besos


muchas gracias a todos por pasar por acá!