martes, 26 de mayo de 2009

TESTIMONIOS II



En 1944, existía en Palermo un pequeño almacén llamado Almacén Merone. Su dueño, Cataldo Merone, era un humilde vecino de la zona que atendía su comercio muy amablemente durante la jornada diurna, pero por las noches, cataldo tenía otro oficio mayor: Era adivinador. Su don de la profecía lo avalaba y la exactitud de sus predicciones le habían dado una solapada fama en el bajo fondo de aquel barrio misterioso. No se hacia llamar profeta, solo adivinador, ya que su don era limitado y el lo sabia. Solo podía predecir estupideces.
Nunca la llegada de una guerra, nunca el advenimiento de un gran líder. Cataldo tenía habilidad para saber el precio de la arveja al otro día o cuantas veces iba a pasar el lechero la próxima tarde. Casi siempre le pegaba. Sus detractores decían que era lógico que supiera cuanto iba a estar la lata de arvejas si tenía un almacén y que es fácil saber cuando pasa el lechero si pasa una vez por día más o menos a la misma hora. Por lo que alguna gente del barrio creía que Cataldo era un pelotudo. Sin embargo Cataldo poseía realmente un don y adivinaba datos como, la creación de la birome o la llegada del hombre a la puna, o quien llegaría primero a la basílica en la peregrinación a lujan, cosa que nadie comprobaba pero que todos creían. Cataldo tenia un pequeño prestigio, sus seguidores lo idolatraban y el estaba contento con eso. Cada mañana se levantaba de la cama con las persianas cerradas y adivinaba la temperatura que hacia en la calle, fallando solo por décimas.
Un día, mientras subía a una escalerita para alcanzar unas botellas de tomate en conserva, sintió un pequeño mareo y luego vio una enorme luz que lo encegueció. Trastabilló sobre la escalera y se agarro de la enorme repisa. Trató de sostenerse y lo logró. Lo que no se sostuvo fue la repisa, que se vino derecho contra el mostrador, Cataldo reboto sobre la barra, cayó sobre una arpillera de porotos, dio una vuelta carnero, quedó de pie y con el envión se puso de cabeza contra el vidrio de la puerta. Cosa que adivino…pero con el envión no pudo evitar. También profetizó que se le venían encima las latas de aceite de 20 litros, pero no le dio el cuerpo para correrse. Trató rápidamente de esquivar pero no llegó más que a tirar los huevos, la comida lo inundó. Cataldo se batió a duelo con los huevos y el aceite pero solo consiguió hacer un poco de mayonesa en el piso y desvanecerse…
Reaccionó cataldo después de un rato y como cada vez que se despertaba se pregunto: Que tiempo hace afuera?? A lo que una voz interna le respondió al instante: “Ni la mas pálida idea viejo”. Desesperado se levanto del suelo y trato de adivinar algo mas, y solo escucho la misma vos que le decía…ni la mas pálida idea viejo…
A Partir de ese momento Cataldo debería dejar su popularidad y su trabajo metafísico y solo la idea de abandonar todo lo estremeció. Arriesgo una vez mas: “Afuera…es de día o es de noche?”…”Es de día…acerté. Todavía puedo adivinar…” Cataldo seguiría con su negocio…tenga o no tenga el don. A fin de cuentas, solo adivinaba estupideces y la gente nunca preguntaba otra cosa que no sean estupideces.
Esa misma noche atendió algunos pacientes y al final de la jornada llegó un enorme y lujoso coche desde donde bajaron varios hombres en finísimos trajes. Algunos entraron primero y luego llegó a su sala…el mismísimo presidente de la nación.
Lo miró a Cataldo desesperado y le dijo… Mire…yo se de su poder. Muchos me hablaron de usted…estoy delineando un proyecto de país a 40 años, pero muchas cosas no están saliendo bien, me encuentro con escollos importantes. Estoy desesperado. Por favor necesito su palabra. Lo que me diga que es lo correcto, eso haré”
Cataldo…carraspeó. Miró al presidente y su gabinete. Empezó a transpirar. La voz interna le decía “Ni la mas pálida idea viejo…” pero el no la escuchó. Mantuvo la compostura. Respiro hondo y cerró los ojos. Se dijo para si...” ´tamo en el horno” y se
dispuso al mayor reto de su vida. Ahora se demostraría si tenía la audacia para triunfar. Hizo unas morisquetas, hablo en lenguas a la vinagreta, se puso de pie, gritó como un chancho… escupió un garzo en una palangana y le dijo:

“el león descansa sobre la cima de la montaña…es deber del buen hombre la alimentación. Todos aquellos que lo desprecien serán despreciados y si no se le corta la melena, sobrevendrá la catástrofe…cuidado”

Cataldo entendió al instante de que la iba esto de Nostradamus…se copó y siguió derecho con la pavada.

“He aquí el destino del tatú carreta…solo el sabor de la victoria sabe de la derrota”

Y así entró a hilar un montón de imbecilidades que no querían decir nada y se las dijo todas. El presidente se fue re contento y el país se recontra fundió igual… pero el bueno de Cataldo entendió por donde estaba el curro y escribió como 700 de esas frases.

Hoy miles de salames metafísicos lo siguen por el mundo y aseguran ver a sadam hussein en la frase “No te dejes el bigote en el calor porque traspiras el doble”

La guerra del golfo en la frase “cagarse a tiros en la arena es complicado, porque además te quemas las patas”

Y la debacle nacional en la frase “turco traidor! Saca fiado de almacén y no paga!”

Cataldo Merone se fue para el otro mundo hace unos años, profetizando su propia muerte…un día, acomodando garbanzos, la miro a su mujer y le dijo “VIEJA…ME PARECE QUE ME VOY” Y se murió…

Hoy Cataldo Merone es uno de los profetas mas seguidos en todo el mundo.
Pero…que aventura el psíquico de Palermo para nuestro futuro???

Solo nos deja una frase…”Corre…corre que se viene el agua”… Que cada uno haga su interpretación.

Cataldo Merone…un profético personaje mas de…TESTIMONIOS.

martes, 19 de mayo de 2009

Un trato con lo oscuro

Hagamos un trato señor.
Usted se queda por acá,
inspirando barricadas de la alegría,
contando confianzas,
haciendo cuentas que salgan bien
alguna vez.

Nosotros seguiremos.
Prometemos no hacer cosas que le disgusten
Bueno…usted sabe…
el borde del camino, el jubilo y el desgano…
ni lugares tranquilos nos quedan ya
Bueno…usted sabe
Todo ha cambiado tanto.

Igual acá abajo
Abajo
Y entre nosotros, estos que somos
Usted tiene que quedarse sabe?
Es imperioso que se diga
Se publique
Se corrobore que acá se quedará
En la alegría como una barricada
En la mirada triste y profunda de los señores sabios
En los parpados pesados como juicios
En los miércoles que dejan testamentos
Es necesario porque hay gente que lo es.
Nomás por eso, sin alharaca sabe?
No hagamos un escándalo de esto,
pero sepa que no podrá irse nunca, ya no mas.
Ya no hay treguas, ni burlas, ni formales, ni frío.

Ya usted, mal que le pese
a la humildad que lleva encima,
se ha vuelto parte de todos
El güisqui más modesto de los bares
con rodaja de limón para dar toque,
ahora es paladar de todos los bares del mundo
Ahora todos los parises son montevideos
Todos los mares son dulces y deltas
Asi que bueno,
hagamos esto sin mucho ornamento
que sabemos que no nos gusta
Acomodemos la charla ahora,
ya que nos hemos puesto de acuerdo
Gracias por el fuego
Por los adoquines de la ciudad vieja
Por quemar las naves
Por el césped de la cancha,
como un terciopelo verde
Por los vientos del exilio
Por los atlánticos y por los pacíficos
Por no salvarse jamás
Por el hambre disponible
Por tener todos los años
Y todos los ejemplos
Y todos los caminos
Buscando hasta el final
Biografías para encontrarse.
Sin miedos al oscuro
Porque no hay nada malo en lo oscuro
No hay nada malo


Hay una mujer desnuda,
Que desbarata la muerte


Lo sabemos porque usted nos lo contó.

martes, 12 de mayo de 2009

Testigo III



CAUSA: “CAPILLA SAN ROQUE”
TESTIGO: MARTIN TOLEDO
EDAD: 28 AÑOS
PROFESION: TECNICO EN SISTEMAS
ESTADO CIVIL: SOLTERO
HIJOS: NO
ESTUPEFACIENTES: MARIHUANA
ALCOHOL: SI
TABACO: SI
ANTECEDENTES: NO



Bueno la cosa fue un par de años atrás. Yo venia de San Telmo, la verdad, la verdad? Venia medio borracho, para que le voy a mentir. Asi que no se si le sirve pero ya que usted me vino a buscar a mi, yo le cuento. Yo venia por calle Defensa, caminando con unos amigos, como va la mano, yendo para el lado de plaza de mayo. Me separé de ellos porque fueron a buscar los autos. Uno se quedó en el kiosco de la otra esquina, sobre la avenida y me dijeron que espere al que se retrasó, que iban a buscar los autos y nos encontrábamos en Alsina y Defensa. Mi amigo se había quedado sobra avenida Belgrano y yo ya estaba llegando asi que encaré directo a la placita esa que hay en esa esquina enfrente de la iglesia, esa que tiene las cuatro estatuas. Me senté en el cordón de la vereda justo enfrente de la iglesia. Imagínese que no había nadie, serian las 4 de la mañana, microcentro, hacía frío. Un silencio total. Y en eso veo en la puerta de la iglesia, que se cae como una especie de cascote…si como un cascote. Cae desde arriba de la iglesia hasta el piso y se revienta en mil pedazos. Estalla para todas partes y hace un ruido tremendo. Y fue como instintivo, porque mire que habrá sido fuerte el ruido que me paré al instante. Me agité, me di cuenta que me agité. Mire para arriba y vi algo que se movía. Sobre la parte de adelante, donde están las estatuas. Vi algo que se movía y una estatua, la de la izquierda que se ve que estaba como rota, porque le caía polvo y como una arena de la cabeza. Pero vi la figura atrás que se movía, la vi claramente, que se movía como escondiéndose. O por lo menos con apuro, si se movía con apuro. Decía algo pero yo no escuchaba que decía. Quería saber, trataba pero no llegaba a escuchar. Y ahí pasó lo más fuerte.
Porque yo estaba agudizando el oído para escuchar lo que pasaba allá arriba y de repente se callaron o se calló aquello que había allá arriba. Nadie dijo mas nada. Y fue notorio. Como que volvió el silencio por un segundo o dos y se noto muy claramente, muy fuerte. Y asi estaba queriendo escuchar sin oír nada y de repente

“NO HAY NADA”

Me dicen del costado
y veo un tipo, un viejo, parado a un metro de mi que me mira.

Me quedé completamente inmóvil. No atiné a hacer nada. El tipo me miraba, tenia la mirada como perdida, los ojos inyectados y enormes. Tenía una camisa sucia, estaba transpirado, respiraba con dificultad.

“No hay nada”, repitió. Y me miraba en silencio, tenia como una angustia muy fuerte.

“¿Nada de que?”, le pregunté.

Y empezó a mirar el piso y movía las manos como nervioso. Dijo algo muy raro. Algo como
“Todo estaba en el Dante, cada código, como desde el principio. Todo debía estar ahí. Llegaron antes…llegaron antes…”

Ahí empecé a escuchar los pasos que venían de atrás, de la otra cuadra. Alguien corría para este lado y mire para atrás y lo vi a mi amigo que me decia, “No sabes lo que me pasó, lo que vi en la iglesia de allá, sobre avenida Belgrano, no sabes lo que pasó”.

__ Para -le digo- acá pasó…el señor está…
__ ¿Que señor?
__ El señor, el… estaba acá…
__ ¿Quién?
__ El tipo! El tipo que estaba al lado mío…
No hay nadie, Martín. No hay nadie más acá.





Al otro día me levanté y no me podía sacar eso de la cabeza. En un momento pensé que podría haber sido un delirio o algo asi. Nunca me había pasado.
Pasó el día y me fui olvidando. Por ahí me acordaba pero le busqué la vuelta en la cabeza y llegué a pensar incluso que no había pasado. Hasta pensé que era mas saludable eso.

Y a la media tarde lei el diario.

Y me quedé helado.

http://www.clarin.com/diario/2007/05/12/laciudad/h-06801.htm



Foto: Capitan de su calle

jueves, 7 de mayo de 2009

Nota a pedido



Pablo: Como te conté la ultima vez que nos vimos estoy buscando y juntando mucha información acerca de ¿Que es enamorarse o como uno se enamora? y de ¿Que es el amor? Me diste una respuesta interesante que me recordó una frase que pronunció Borges alguna vez:

Enamorarse es crear una religión cuyo Dios es falible.


Espero tu respuesta,

gracias, buenos días.


Negra:

Bueno, lo primero es lo primero. Ciertamente a Borges le sale mejor que a mi. Y más sintético. O sea doblemente mejor. Pero básicamente, algo de lo que hablábamos el otro día sobre este tema tiene que ver con que creo que el amor es fe. Por sobre todo. Fe en alguien a pesar de cualquier cosa. La fe no tiene documentos, no tiene ninguna firma que te garantice nada. Se cree o no se cree. No hay nada que acredite que la fe está ahí. Solamente se afirma en el interior de alguien y se demuestra cada vez que se puede, porque se cree firmemente en eso.
¿Como se responde a esa fe si solo hay que confiar en la palabra del otro? Bueno, confiando. Creyendo en eso. Teniendo fe también del otro lado. Avalando sin pruebas preliminares.

El enamoramiento es otra cosa. Es un paso del amor, no necesariamente el primero, pero si uno necesario. A veces las relaciones terminan antes de llegar a otro nivel de compromiso. El enamoramiento es ponerle cara al deseo. A los deseos que tenemos de todo. Es encontrar a alguien que no pertenece a ningún grupo social en particular a partir del momento en que eso aparece. Pertenece a un lugar interno único que es ocupado nada más que por esa persona y más allá de cualquier rol que pudiera ocupar antes. En esta faceta del amor, el sentimiento parece grande mas por intenso que por extenso. No importa cuanto tiempo pasó, importa como.
Claro que en el medio hay deseo, piel, sexo, química. Pero se puede tener sexo sin amor, tranquilamente. Cuando aparece el enamoramiento, aparece la primera cara del amor, y todo eso también tiene que ver con creer. Mientras más barreras se rompen, mas fluyen esas sensaciones. Cuando todo eso aparece; el devenir se manifiesta de otra manera a los ojos de los enamorados y se ven más coincidencias que desencuentros. No hay objetividades posibles. El enamoramiento fluye más allá de los sentidos tradicionales de percepción del mundo. Y el amor es la total expresión de la subjetividad total.

Después claro, los años cambian esas visiones y muestran las miserias de cada uno.
¿Cómo es posible que haya gente que se sigue eligiendo después de tanto tiempo?
Bueno, ahí empiezan a correr otras cuestiones que si bien son parte de lo mismo, no deja de ser importante mencionarlas.
Los términos de la fidelidad que los arregle cada uno con su pareja. No son un parámetro de falta de amor. Hay parejas que prefieren la monogamia, otras los amantes secretos o los secretos a voces, otras que viven de orgía en orgía. No veo razón para considerar mas amor uno que otro. También hay gente que prefiere gente de su mismo sexo y otra gente que prefiere gente del sexo opuesto. De modo que las preferencias de género o actividad sexual no resultan parámetros generales dentro del amor, sino más bien cuestiones particulares que cada pareja negociará como más le guste.
Los términos afectivos también varían según las culturas, las costumbres o las clases sociales.
Más allá de las preferencias de cada uno, hay siempre algunas constantes. La lealtad siempre aparece. Cuando el idilio terminó y vienen los momentos duros es cuando se sabe si fueron solo unas buenas vacaciones o hay algo mas profundo en ese compromiso. Eso. Un compromiso personal con el otro, más allá de cualquier unión simbólica o legal. Un compromiso con la vida del otro casi como la propia. A la par.
En medio de todo eso, no va faltar oportunidad para demostrar las miserias que todos tenemos adentro. Y tarde o temprano esas miserias van a hacerse evidentes. Y ahí aparece la otra variable importante, a mi entender. La tolerancia. De quien muestra su miseria y de quien la ve. Para cambiar y para aceptar. Si se negocian esas cosas ya se está negociando mucho mas profundo de lo que podríamos negociar nuestra vida y nuestro comportamiento en cualquier otro ámbito. Y eso también es el amor y se hace porque se cree. Sino es imposible de sobrellevar, angustiante y lleno de fracasos. Y eso ya no es amor, es otra cosa.

No es mi intención llevar esto a ámbitos religiosos. Hablo de otra fe, de la que tenemos los que creemos en algo, es decir, casi todos; pero me viene a la mente una frase que ha sido muletilla de miles de curas desde tiempos inmemoriales. Esa frase es:
“Dios es amor”
Bueno, sospecho que quien la dijo sabia de lo que hablaba. Dios es amor en tanto dios es fe. Se cree o no se cree. Después vino el merchandising eclesiástico y llevó la frase por otros lares menos filosóficos y más prácticos. No hay libros de teología con esa frase, pero si hay almanaques de panadería
Digamos, la fe es como el amor, pero poniendo la libido en otras partes. No en una persona en particular, pero si en una empresa, en una iglesia, un proyecto artístico, una carrera, lo que sea. El amor más allá de las personas y de las pasiones arrebatadas, el amor por algo, no por alguien.

Una cuestión recurrente es la relación entre el amor y la muerte.
El amor y la muerte se chocan a veces. Se juntan en historias adolescentes o criminales que se llevan a extremos, se mezclan en los discursos de los curas como punto final del matrimonio. Ya lo han contado mil literatos, eso no es novedad. Pero cuando chocan, lo hacen por la diferencia fundamental que provocan en todos. Entender algunas cosas de la muerte es aprender a descreer de algunas cuestiones. Entender algo del amor es aprender a creer en otras. Probablemente porque el amor sea una de las mas bellas expresiones de la vida.

Asi, los que saben porque han vivido, cuentan que amar tiene sus beneficios. Porque una vez que alguien ha visto lo peor de uno y aun asi cree, se sabe claramente que no puede ser ninguna cosa más que amor lo que se siente.
Puede haber sexo o no. Puede ser de pareja o de familia, puede ser por algo o por alguien, pero para ver amor de verdad, hay que hurgar mas profundo que en los vaivenes de una pareja, Porque el amor puede estar en todas partes y de hecho lo vivimos en muchísimos ámbitos casi sin darnos cuenta. Para demostrar la relación entre la fe y el amor, hay una pregunta que es ineluctable y comprobatoria:

¿Se cree en un hijo o no se cree?

¿Ya se contestó?

Gracias, buenos días.


Foto: Capitan de su calle